Ahora, gracias a la gestión e iniciativa del Gobierno Municipal de Espejo, nuestro cementerio, aquel en el que dicen que dan ganas de morirse, ya tiene nombre propio, se llama. José María Azael Franco Guerrero, nombre que corresponde al artífice de la genial idea plasmada en ciprés. Son muchísimas y muy variadas las figuras talladas en las plantas coníferas, figuras que van desde elementales arcos, hasta mascarones, ídolos, flores y réplicas de figuras arqueológicas, halladas en huacas y entierros aborígenes.
El primer cementerio en la ciudad de Tulcán, se ubicaba en el costado sur de la actual plaza de la Independencia, exactamente donde hoy se levantan los edificios del Banco del Pichincha y del Gobierno Provincial. Fue en sesión del cabildo tulcaneño, allá en junio de 1855, cuando se resolvió trasladar el cementerio que, por su ubicación en el centro del pueblo podía ser causa de epidemias, a la parte más alta de la ciudad, precisamente donde hoy está la escuela Isaac Acosta, sitio conocido hasta no hace mucho tiempo, como el Panteón Viejo. El espacio físico fue cedido, mediante escritura pública, por un indígena llamado Pedro Santiago Quelal, quien en su testamento, consignaba una considerable extensión de terreno para que allí funcionara el nuevo cementerio.
En el año de 1923, precisamente en la parte más elevada de Tulcán 2956 metros snm-se afirma que estuvo localizado el epicentro del terremoto que causó mucho daño en esa navidad. En aquel lugar, la loma de Santiago, los estragos fueron tan duros, que la mayoría de las tumbas y de las bóvedas fueron removidas por el sismo, a tal punto que los cadáveres y los ataúdes, quedaron sobre la superficie de la tierra, sembrando el temor y la desesperanza en los habitantes de la ciudad.
Nueve años más tarde, en 1932, el Panteón Viejo cierra definitivamente su enorme puerta, que estaba en la calle Quito, al final de la Olmedo, para dar paso el nuevo cementerio, concebido y diseñado al noroeste de Tulcán, distante de la zona poblada de ese entonces, en terrenos que pertenecieron a los Espíndolas, y concretamente, a la niña Sara.
Para 1936, el joven y talentoso, don Azael Franco, había sido contratado para que dejara su tierra natal, El Angel, y se radicara en Tulcán, con el fin de trazar los jardines y sembrar las plantas que lo llevarían a la inmortalidad. La lectura y la práctica. fueron la razón de su tarea escultórica en ciprés. Actualmente, su hijo, don Benigno Franco, conjuntamente con don Lucio Reina, han extendido el espacio escultórico y lo han mantenido para que fuera considerado el ícono que , turísticamente, identifica a Tulcán. Hace algún tiempo, algunas figuras comenzaron a marchitarse y a morir ; fue, coincidencialmente, en los días en que el señor Benigno Franco, tenía problemas laborales con el Gobierno Municipal. Cuando se arregló todo, Franco volvió a cuidar sus figuras, y las plantas marchitas recobraron su lozanía. Para Benigno, las plantas dice que lo extrañan y su ausencia las había enfermado.
El cementerio está saturándose. Hay tumbas que están muy cerca del río y hay un marcado interés por sacar los restos de los morosos, y poder ocupar esos espacios.
Este dos de noviembre, a 150 años de lo que el primer cementerio pasó a la loma Santiago, las costumbres pienso que han variado al extremo: hoy son recuerdos muy lejanos, los cartuchos del Getapal, las flores de cicuta, las ramitas de ciprés, el papel seda y los responsos. Ahora son las flores bellísimas de invernadero, las tarjetas de lujo, el mármol, las ofrendas en trípodes, los ramos artificiales y la competencia de la gran cantidad de florerías. Aparte de ello, en la avenida de ingreso al cementerio, están los puestos de venta de figuras de pan, puestos en los que con amplificación se promocionan los borregos de tres por un dólar. Los puestos de venta de helados, de salpicones, de cumbalazos , le dan al entorno un ambiente de fiesta, muy lejano a la cara larga, la mantilla, el traje negro y los sollozos.
Entre la gente que arregla las tumbas y limpia los epitafios, dos niños, con escalera, dos tarros de pintura y brochas, con su garganta ya estropeada, dejan escuchar el grito de: negreamos…. blanqueamos…, mientras en el horizonte, la pareja de cerros se cubre de neblina y la llovizna se insinúa.
Un post del Licenciado Delacroix
La insinuación de mi esposa mucho antes de viajar a la región ignota del olvido y al leer este artículo, fue sabia, nos dijo que al fallecer sus restos fueran cremados y el polvo le esparciéramos en un lugar alto, a fin de que se lleve el viento y así quedar libre, más no estar en una tumba profunda, sintendo el peso de la tierra y que los gusanos hicieran de las suyas y no quería obligar a nadie que por devoción u obligación le vayan a dejar flores o tarjetas, su pedido fue que los mejores recuerdos de su vivencia, siempre les acompañen a su esposo, hijos familiares y amigos. La familia cumplió ese designio escalando las alturas del Cotopaxi, está libre y permanentemente la tenemos junto a nosotros.
Creo que también preferiría que me cremen, a la final el cuerpo no queda sino pa los gusanos, y concuerdo en aquello de que es obligar a la familia a ir a llorar sobre una fria piedra que no se relaciona en lo absoluto con lo cálida q pudo ser la persona en vida.
plena phantom la invitacion pero avisa donde mismo va a ser el encuentro porque revise y parece que ntodavia no se ponen de acuerdo en el lugar haber si llego con una de norton y hacemos unos sbmarinos ojala no nos pase lo del kursk
Saludos,
La Petite Merde nuevamente Online.
Suerte,
LA MERDE
La Petite Merde
yo siempre he dicho q le tengo miedo y asco a los gusanos. a mi que me hagan pilvito, q me dejen de abuno para un arbol o lo q sea. pero no entierro, no!
en fin… me gustó el blog, saludos desde el caos y el puerto
que hermosa fotografía¡¡¡¡ que me hace añorar a mi tierra. Sin duda alguna las esculturas del cementerio de Tulcán son una obra de arte que le dan un aire de paz al lugar.
tu eres manso pato
hola chicos que chevere este espacio
Hola, muy grato encontrar con historias de un rincón de nuestro País.
No conocia de la misma y me parece muy interesante.
Gracias por compartirla.
Un abrazo desde Guayaquil
Sin duda ¡lo mejor del mundo!
hulaaaa…………ps a mi me parece ke es mejor morir cremado por da asko ke los gusanos se lo coman a uno y mas a mi ke soy super askienta gas………………bno eso es tooooooo,,,,,,,,,,,,,,,,chauuu
princess ,,,,…..muaaa